martes, 14 de julio de 2015

9º Podcast

 2 años después... aqui vengo de nuevo con otro de mis patéticos programas de radio. Lo grabé hace unos dias pero por problemas de conexión y porque he estado fuera no lo he podido subir hasta hoy.

Y nada, eso es todo. Casi una hora de música seleccionada por mí salpicada de mis interrupciones. Espero que alguna de las cosas os guste.


jueves, 8 de agosto de 2013

un verano fatal

En este blog suelo centrar mi atención en la música que tocan los músicos, como hacen el 99% de blogs musicales que puedas encontrar en la web. Sin embargo hoy es un dia propicio para hacer una excepción y centrar mi homenaje al lugar donde más feliz soy escuchando música y donde esta ha adquirido siempre en mí mayores cotas de emoción y profundidad: Hoy voy a dedicarle esta entrada a mi coche.


Mi coche se llama Winrar. Y si, es tan especial para mí que tiene un nombre, conocido por casi todos mis amigos, aunque pocos saben que secretamente para mis adentros, al igual que mi madre sabe el mio, yo sabía su segundo nombre, una especie de desgracia hortera y quasi kitsch propia del infortunio estético del amor parental que me llevó a nombrarlo Winrar José.
Ahora lo sabéis vosotros, los pocos que entrais aquí, mis fieles amigos imaginarios.

Winrar era un Fiat Seicento rojo, con muy poca potencia y mucho carisma. Tenía un boton de salto al hiper espacio que se podía modular en tres posiciones:
- la normal, el modo "trote", en la que solía permanecer la mayor parte del tiempo por cuestiones de ahorro de combustible y seguridad vial.
- La super velocidad, un paso intermedio imprescindible para poner a la máquina a una velocidad elevada adecuada para crear el agujero de gusano espacio-temporal con el que poder llegar a la última posición:
- El salto al hiper espacio.

No voy a intentar rememorar ni recapitular todas las cosas que he vivido en estos últimos siete años con mi coche, ya que hoy, un fatídico verano del año 2013, una avería estúpida ha colmado el vaso de las averías estúpidas que se vienen sucediendo desde hace un tiempo y me han llevado a la dificil decisión de dejarlo morir en paz sin más egoístas reanimaciones.

Winrar no tenía mucha potencia, ni aire acondicionado, ni dirección asistida, ni tampoco un gran equipo de audio, tan solo un par de altavoces laterales de 4 watios. Los graves siempre estaban al -1 de nivel en la radio cd/mp3 que me regaló mi primo Pedro en cuanto tuve en mi poder el coche, herencia directa de mi padre. Aún así cascaban en cuanto sonaban temas electrónicos, rap o cualquier canción en la que Pepe Bao (Ofunkillo) o Flea (Red Hot Chili Peppers) tocaran el bajo. Realmente no puedo decir que fuera, técnicamente, el mejor lugar en el que pararse a oír música. Sin embargo era mi preferido. E insisto en que como experiencia sonora, cualquiera de los modernos coches de mis amigos superaban con creces al pequeño Winrar hasta dejarlo en evidencia, pero aquella era mi casa, el lugar donde más y mejor música escuché durante los últimos años, donde me quedaba solo durante horas resistiendome a volver a casa cuando volvía de fiesta, donde alguna que otra bella mujer supo compartir conmigo el silencio, que no es ni más ni menos que lo que se produce cuando no hay ninguna interferencia mental, circunstancial o sonora que interrumpa a una buena canción.

Hoy que he decidido que nuestra historia llegará a su fin, no puedo hacer menos que dedicarle un par de canciones, sin que me importe una mierda quienes sean esos músicos, en qué año estén editados esos discos ni a qué género músical representen.

Hoy esta entrada va para ti, mi fiel amigo, mi actor fetiche ya que sale en la mayoría de mis cortos y hasta en la película de Paco León "Carmina o Revienta", que lo catapultó a la fama entre las francesitas Renaults del barrio, que empezarno a ver en él a un bohemio artista al que ponerle las largas:

La primera canción que puse para estrenar el coche allá en el año 2006. Cuando mi primo Pedro me terminó de instalar la radio que me había comprado como regalo y me pidió un disco para probarla, yo ante la responsabilidad de inaugurar las cosas como es debido me sentí sobrepasado y terminé decidiendo que como mínimo, tendría que ser la canción de algún grande, así que le pasé un disco recopilatorio que empezaba con este gran "Living loving maid" de Led Zeppelin.



El segundo, a medias entre Christina Rosenvinge y Nacho Vegas, simplemente me daba pie al título y a la crónica de esta historia, y además me encaja muy bien con el propio espíritu de Winrar, al que parecía gustarle mucho oírse esa frase de "no tenemos que escondernos, alguien nos encontrará.. hacer siempre lo incorrecto es una forma de acertar"

Amigo, joder, cúanto te vamos a echar de menos.
Quien podía imaginar lo que nos iba a deparar... un verano fatal.

lunes, 1 de julio de 2013

Muse, crónica del concierto de Torino


El pasado viernes tuve la suerte de acudir, por tercera vez en mi vida, a la espectacular propuesta audio escénica y visual que son los conciertos de esta banda británica megalómana llamada Muse.

El concierto se celebró en el estadio olímpico de Torino, Italia, y muy resumidamente podría decir que, a través del paso de los años he podido comprobar como los espectáculos de la banda han ido superándose en todo, algo que tanto el adolescente de 18 años que fui cuando los vi Barcelona como el ya no tan jovencito de hace unos tres o cuatro años en Madrid pensaron en su momento que, hacerlo mejor... sería imposible.

Se puede observar de echo en la discografía de Muse que al menos los últimos tres discos tienen cierta orientación hacia el desarrollo y la puesta en escena de las canciones para el directo. Así, en la gira de su antepenúltimo disco (Black hole and revelations, 2006), el álbum se inicia con un tema, "take a bow", perfecto para empezar el concierto (y de echo fue el tema con el que iniciaron el concierto al que asistí en Madrid), pensado y planificado como un in crescendo continuo que se inicia con un retro futurista sonido de sintetizador, dando paso a un ritmo casi de música electrónica, para poco a poco ir definiendo las entradas de la poderosa guitarra de Matthew Bellamy y la batería de Dominic Howard, culminando, como siempre que hablamos de Muse, en la épica pura y dura.

Obviando algún que otro problema de falta de potencia de decibelios, que no achaco a la banda ya que dias antes pude leer en la prensa que el concierto corría peligro por una polémica normativa del ayuntamiento sobre contaminación acústica, el inicio del concierto efectivamente se basó a su vez en el inicio del último disco de la banda (The 2nd Law, 2012). Un escenario enorme con pasarela que llegaba al centro del estadio, construido como un edificio que hiciera de pared tras ellos, en la que se preveía irían efectos de imagen y proyecciones, coronado por unas chimeneas que, quizá hasta que salió el fuego, no estaba tan claro que fueran chimeneas.
Las pantallas se encienden y una mujer que parece estar dando el informativo del fin del mundo comienza a hablar. La gente se viene arriba, el concierto va a empezar. Se escuchan interferencias, vibraciones del bajo, el grupo aún no ha salido a escena. El ruído se incrementa, la gente lo corresponde, hasta que se suena el primer rift de guitarra de la canción que abre el disco, "Supremacy". Con cada golpe de guitarra, un halo de fuego sale de las chimeneas caldeando aún más si cabe el ambiente y dejando a la gente absolutamente en shock. Efectivamente nadie esperaba esto. Sobre el escenario ya podemos a ver a Bellamy dango guitarrazos y corriendo de un lado a otro, con sus extrañas vestimentas y peinados y su aire de londinense transtornado al más puro estilo Doctor Who.

A partir de ahí el ritmo no decaerá, al menos en los espectacular. La segunda canción, un temazo llamado "Panic Station" que recuerda al hijo bastardo que nunca tuvieron entre Prince y Freddie Mercurie, (también perteneciente al último disco) se acompaña de unas animaciones en las que vemos a Obama bailando al ritmo de la canción. Luego aparecen más iluestres bailarines, desde Angela Merkel al Papa. La gente se lo pasa bomba, el espectáculo está garantizado, y estos tíos no fallan un acorde. Son técnicamente impecables, saben moverse mientras tocan, saben improvisar y saben sorprender improvisando y revisionando sus propias canciones. Para eso, obviamente, se intuye y de echo se ve una coreografía y una escaleta o guion de acciones muy estudiada. No queda otra, chicos.

Se van sucediendo las canciones. Vemos desde una bombilla gigante que vuela por encima de la gente, y de la que sale una mujer que hace figuras en el aire suspendida por una cuerda y tirando confeti, hasta un robot gigante que cruza el escenario, pasando por diversas performances en las que un actor que comienza siendo proyectado sobre las pantallas del escenario como una historia hecha previamente para su mera proyección o acompañamiento, acaba sorprendiendo a todo el mundo al fusionar, no sabemos muy bien como, esas imagenes de oficinas en rascacielos con una aparición estelar en el escenario, recorriendo la pasarela y tirando furioso fajos y fajos de billetes (falsos, claro) a la gente hasta acabar cayendo muerto en mitad del escenario. Lo mismo pasa con una actriz que comienza siendo proyectada con su historia particular en otra canción y acaba saliendo al escenario, llegando a un surtidor de gasolina al final de la pasarela, y cogiendo la manguera del mismo para ponerse de rodillas y beberse a chorro todo el líquido que le quepa en el pecho.
Alusiones críticas al capitalismo de una banda que se recorre el mundo haciendo macroconciertos en estadios en los que la entrada, mínimo, no baja jamás de los 50 euros por show. Pero eso sí, tio, después de ver todo eso uno se pregunta si aún habiendo llenado el estadio, todo este bestial despligue terminará o no por salir rentable. Va, si, seguro que si. Estos genios ingleses son criticos con la sociedad y con el sistema, pero no son gilipollas. Les va lo grande.

Van cayendo algunos clásicos. Sorprendentemente uno de los mejores, "Knights of cydonia", que recuerdo como canción apoteósica que eligieron para cerrar sus conciertos en las últimas giras, cae sorprendentemente temprano. Quizá me descoloca que le hayan dado este lugar. Ahora mis expectativas son mayores. ¿Qué cojones tendrán para el final entonces?

Y he aquí mis peros para este conciertazo. El repertorio elegido. La segunda mitad del concierto se sostiene tan solo por el espectáculo. Una de las partes del final se basa tan solo en que los tres componentes del grupo se van al centro del estadio, al final de la pasarela, y aprovechan para marcarse las tres o cuatro baladas más coñazo de toda su discografía. Se llevan ahí casi media hora sin que nos demos apenas cuenta. Pero de entre las canciones que tocan, eligen las que, para mi criterio personal, son las canciones más insulsas e instrascendentes de su discografía. Y no es a que Muse no se les de bien hacer baladas precisamente. Se olvidan de canciones como "sing for absolution", "blackout", "falling down", "soldier´s poem" o "invencible". 
También influye en esta decepción mia que toquen prácticamente todas las canciones del disco nuevo, que bueno... es un disco de Muse y por lo tanto me gusta, ya que, como pasa con las pelis de Woody Allen sus peores cosas suelen estar a un nivel bastante por encima de la media, pero que es al fin y al cabo para mí, el peor trabajo de la banda hasta la fecha (salvando joyas como la anteriormente mencionada "Panic Station", "Survival", y quizás el single comercial que sacan en cada disco, "Madness").

Por otro lado pasan completamente del disco anterior (solo tocaron "Uprising" y "Guidin Light"), que sin ser tampoco mi preferido, y que pondría al nivel de este, tiene sin embargo joyas aún mejores que este último como son "Unnatural selection", "Mk Ultra" y sobre todo "I belong to you", además de echar en falta grandes clásicos de los primeros discos como "Hyper music", "New Born", "Bliss", "Stockholm syndrome", "Butterflies & hurricanes", "The small Print", "Showbiz" o "Muscle Museum".

El concierto finalizó a las dos horas y picos de duración, dejandome un sabor de boca agridulce. De nuevo lo han vuelto a hacer, de nuevo se han superado, de nuevo he vuelto a asistir a un acontecimiento único de un grupo que sin duda será legendario y hará historia y de nuevo he vuelto a presenciar un espectáculo increíble. Pero el último tramo se me ha atragantado. Me han sobrado alguna que otra canción y sobre todo me han faltado algunas muchas otras. Y para el final me han dejado "Starlight", quizá la canción mas sobrevalorada de Muse, la típica canción que jamás entenderé que guste tanto a sus fans.

Pero no todo puede ser como uno quiere. Quizá la próxima vez, porque está claro que si tengo la posibilidad de hacerlo... repetiré.

(este primer video que os dejo es del concierto en el que estuve. Lo he encontrado por youtube y se puede apreciar bastante bien el espectacular inicio del concierto, aunque algo lejos, desde arriba en las gradas. Yo estaba a la izquierda de la pasarela, un poco más adelante del centro del campo, de falso 9, como Cesc Fábregas).

lunes, 24 de junio de 2013

In Memoriam: Bobby Bland, el león del blues.


No me puedo llevar mucho tiempo sin venir por el blog porque siempre pasa lo mismo, algún grande de la música se nos va y me obliga a volver con la misma tristeza agradecida de siempre.

Bobby "blue" Bland no es quizá el más famoso de los bluesmen. Nacido en Rosemark, Tennessee, en 1930, murió ayer en Memphis a los 83 años sin que, posiblemente, te suene siquiera su nombre. Pero el bueno de Bobby fue uno de los reinventores del blues y del soul, miembro del salón de la fama del Blues y del Rock & Roll y ganador de un Grammy honorífico a toda su carrera en 1997, por mencionar alguna que otra cosa.

Robert Calvin Bland, que era su nombre real, se mudó a Memphis a los 17 años, donde se unió a la banda The Beale Streeters junto a Jonhny Ace, Junior Parker y el gran BB King. Y al igual que estos, o que otros como Ray Charles o Sam Cooke, su carrera se ha sustentado en mezclar y reinventar la confluencia de géneros como el soul, el gospel y el R&B clásico con el blues.

Con 12 discos de estudio, además de dos grandes éxitos y un par de grabaciones de directos (uno de ellos a medias con BB King), otro de los grandes nos abandona dejando cada vez más desierta la representación de los grandes mitos del blues que aún pueden dar testimonio de viva voz de aquella gloriosa etapa de la música que nunca tuvo edad y que nos acompañará siempre.

Por esto y por grandes canciones como las que os dejo por aquí, ojalá tenga un buen lugar donde sentarse allá donde esté, y una buena guitarra que lo acompañe y con la que pueda mejorar ese nuevo mundo tanto como mejoró el nuestro.


Con BB King:

lunes, 27 de mayo de 2013

Rodríguez, la increíble historia de un desconocido de culto


Puede que alguno de vosotros no esteis al corriente del fenómeno generado a raíz de la publicación del documental "Searching for Sugar Man", ganador entre otros en el festival de Sundance, además de un Óscar y un Bafta al mejor documental del pasado año 2012.

El documental en sí, por su éxito, ya podría considerarse un fenómento a partir del cual se ha hecho posible que gente como yo venga a rincones como este a hablar de Sixto Díaz Rodríguez, más conocido como Rodríguez, músico de origen mexicano nacido en Detroit que ha sido hasta hace poco un completo desconocido en practicamente todo el mundo.
Y si digo prácticamente es porque en ese matiz cabe explicar la maravillosa historia de este artista y el fenómeno de reconocimiento tardío en el que se ha visto envuelto.

El bueno de Sixto empezó lanzando un sencillo en 1967 con un pequeño sello de Detroit. Con pocas pretensiones de conseguir nada más, se recorrió los peores tugurios de la (musical y cinematográficamente hablando) maravillosa ciudad podrida de Detroit, hasta que un productor del sello Sussex Records lo oyó de casualidad una tarde y decidió volver acompañado de su socio, prometiéndole haber encontrado algo comparable al mismísimo Bob Dylan de la clase baja y de origen latino.
Efectivamente, todo el que en aquel entonces fue a verlo o trabajó con él, pensó que Rodríguez se convertiría en una figura de culto instantanea y que el éxito estaba asegurado. Grandes composiciones musicales, letras poéticas de altura que retrataban perfectamente el submundo marginal estadounidense, carisma, magia, genio.

En Sussex, al ser presentado a un productor que venía de trabajar con los grandes de la Motown, fue inmediatamente fichado y grabó sus dos únicos y grandes discos: Cold Fact (1970), y Coming From Reality (1971). Sin embargo, ambos trabajos pasaron absolutamente desapercibidos para el público. Entre los supuestos de por qué ese aparente genio en ciernes se había estrellado tan estrepitosamente, me gustaría destacar dos: 1) La promoción del artista y la inversión dedicada a darlo a conocer fue nefasta. 2) En aquel momento, el nombre artístico con el que se lanzó, su apellido de origen hispano, pudo jugar en contra en un momento en que el soul, el blues, el folk y el rock&roll estaban en auge. Y aunque Rodríguez no dejaba de ser folk psicodélico sesentero, o canción de autor de protesta tintada de todas estas reminiscencias norteamericanas, el nombre inspiraba algo totalmente ajeno a aquello, música de un hispano que nadie quería pararse a escuchar.

Y aquí acabaría la historia en condiciones normales. Quizá yo habría escuchado algo de él y vendría aquí muy orgulloso de mi hallazgo para deciros que en mi opinión el tipo tenía suficiente talento para haber llegado a más. Pero en realidad la historia de Sixto Rodríguez empieza aquí.

Alguien lleva a Sudáfrica un disco de Rodríguez, se lo enseña a sus amigos, todos disfrutan escuchándolo, se lo pasan, se lo graban. Sus canciones se expanden como un virus. Diríase incluso que como una de esas especies exóticas que alguien trae ilegalmente y que trastocan y transforman para siempre el ecosistema local. Y en cierto modo fue así, ya que en aquellos años Sudáfrica era un país donde la represión del Apartheid suponía un completo ecosistema, y donde las canciones reivindicativas y poéticas de Rodríguez suponían una transgresión y una amenaza al sistema.
Sus discos rápidamente fueron censurados, y su popularidad en el pais africano se disparó. No solo eso, alguien corrió el rumor de que el artista se había suicidado en un concierto. Al parecer la historia contaba que tras un mal show, la gente le pitaba y él pidió disculpas y dijo que por favor lo olvidaran, poniendose una pistola en la sien y disparándose allí mismo. Habían otros rumores de que directamente se había metido fuego a sí mismo sobre el escenario. Figúrense. En Sudafrica (el éxito también le llego en otros países africanos, además de en Australia y Nueva Zelanda) el más grotesco de los acontecimientos históricos del rock tenía como protagonista a Sixto Rodríguez, elevado a la categoría de leyenda absoluta, más admirado en muchos casos que el propio Bob Dylan, más popular que Jimi Hendrix, un ídolo capaz de revolucionar una sociedad, de servir de semilla a nuevas generaciones que a través de su ejemplo tuvieron el valor de crear grupos y hacer canciones con las que sublevarse al sistema.

Mientras tanto, Sixto Rodríguez no era más que un obrero, incansable y humilde trabajador que sabía hacer de todo para ganarse la vida con el sudor de su frente. Seguia tocando su guitarra, en sus ratos libres y en casa, pero nisiquiera la gran mayoría de la gente de su entorno se imaginaba que se tratara de un músico de culto en otros países. Y lo mejor es que nisiquiera Sixto tenía ni la más remota idea de lo que estaba pasando.

A través de fans e investigadores llegaron a rastrear la pista del artista, dando con él y sorprendiéndose muchísimo de que siguiera vivo. A partir de ahí, las giras por Sudáfrica, por Australia, el documental y el descubrimiento repentino de ser un ídolo de masas, de haber vendido millones de discos y no haber visto un duro... y la humildad calmada del sabio que no se pone nervioso, que no pierde la cabeza, que se abraza con esa gente que tanto lo esperaba y vuelve a casa sin quejarse de haber enriquecido a otros para seguir trabajando en sus cosas, porque él necesita moverse y esforzarse para sentirse vivo.

Un ejemplo de humanidad, y una historia fantástica para entender cuan relativo puede llegar a ser ese concepto extraño del éxito, cuando el propio ídolo vivía ajeno a todo aquello, considerándose a si mismo feliz y exitoso en su vida dedicada a sus pequeñas cosas.

Actualmente Rodríguez sigue vivo, aunque algo maltrecho de salud, y todo el revuelo generado por el documental ha hecho que se lo rifen en distintos festivales de medio mundo. Hace pocos dias suspendió, precisamente en España, un concierto previsto dentro del festival Primavera Sound, pero para quien esté interesado tiene previsto un concierto el 8 de Julio en el Poble Espanyol de Barcelona.

En general os recomiendo fervientemente el visionado del aclamado documental que narra todo esto mucho mejor que yo, dirigido por el sueco Malik Bendjelloul titulado Searching for Sugar Man, además de escuchar todo aquello que encontreis por internet.

Yo como muestra os dejo aquí unos videos, los únicos que he encontrado con subtitulos en español, para que veais que además de calidad musical, el tipo sabía escribir canciones:

sábado, 13 de abril de 2013

Himnos personales: "Ser verde" de Josele Santiago


"Ser verde" es una maravillosa canción del no menos maravilloso Josele Santiago, compositor y guitarrista madrileño, carismática voz y ex lider de la mítica banda Los Enemigos.  
Concretamente, este es el noveno corte de su hasta ahora último trabajo de estudio en solitario, "Lecciones de Vértigo", del año 2011.

Aprovechando que hoy cumplo 27 años me gustaría,
con vuestro permiso...
dedicarme esta canción.

jueves, 4 de abril de 2013

Al Berkowitz, causalidad musical del buen criterio


Me encantan las casualidades. Y las causalidades.

Si fuese por John Locke, aquel mítico personaje de la serie Lost ("perdidos" en españa) seguramente se pensaria sin duda que esta de la que os hablaré hoy se trata de una de las retorcidas e intrincadas travesuras que tanto le gusta jugar a ese ente enigmático del destino.
Sea cual sea nuestro nivel de misticismo, y la razón real que haya detrás de ciertos encuentros, fortuitos o no... hace cosa de un mes publiqué en este blog una entrada sobre el nuevo videoclip de los Love of Lesbian. El videoclip, de una bellísima factura, dirigido por el director de cine Kike Maíllo, provocó algo casi inédito en este blog como son los comentarios de aquellos escasos despitados que a veces lo leen.
El usuario Berlioz comentó en dicha entrada que el videoclip le recordaba a otro, que tuvo a bien enlazarme en el mismo comentario. Dicho videoclip pertenecía a un grupo del que yo no sabía absolutamente nada, unos tal Al Berkowitz. Al verlo, efectivamente, me llamó la atención que, más que parecerse al de Love of lesbian, cuya temática, factura, estilo y estética visual eran muy diferentes al de estos chicos, había una especie de leiv motiv muy importante que se daban en ambos videos y que me hacía preguntarme si nuestros amigos lesbianos o el director de su video se habrían inspirado (no vamos a decir robar, que es un tema delicado en lo referido a lo creativo) en aquel otro video de este desconocido grupo que hoy nos ocupa.

La cuestión es que esta incertidumbre la solté al aire en respuesta a ese comentario, ya que además la canción del videoclip de Al Berkowitz me había parecido lo bastante interesante como para querer averiguar más sobre ellos.
Mientras tanto conviene situarnos en precedentes: Ignacio Simón, líder de Al Berkowitz, encargado de la voz, guitarra, teclados, piano, percusión y todo lo relacionado con el sonido del grupo además de la producción, había visto el video de los Lesbian y se había hecho la misma pregunta que nosotros. Indagando por internet, va a parar precisamente a este remoto blog, en el que encuentra mi entrada sobre el videoclip y los comentarios sobre el parecido razonable entre ambos videos. Él mismo me comenta que no tiene ninguna relación con los Love of Lesbian ni con el director de su videoclip, y que ha llegado al blog de casualidad buscando información sobre los mismos. Me cuenta también que son de Madrid, y me da un contacto por si quiero tener cualquier información adicional sobre su banda.

Así que hoy me encuentro aquí hablandoos de una banda que he descubierto del modo más insospechado, y cuya música me ha seducido lo suficiente como para querer contaros todo esto y hablaros en profundidad sobre ellos.

A pesar de que quizás ya sea demasiado tarde, intentaré empezar por el principio.
Aldous Berkowitz es un bluesmen nacido en Texas, Estados Unidos, donde aprende a tocar la guitarra eléctrica y gira y colabora con grandes de la escena norteamericana. Con más pena que gloria, sin embargo, acaba recalando en Madrid, capital española, en 2006. Borracho y posiblemente politoxicómano, un dia se encuentra con unos chicos que tienen un grupo llamado The Inhabitants, que lo encuentran porfiando y siendo golpeado y abusado ante algunos miembros del servicio de limpieza de la ciudad, que parecen haberle arruinado con su tarea algunos documentos que el bueno de Al considera de vital importancia ya que más tarde averiguarían que eran partituras y obras propias. Estos chicos madrileños salen en defensa del viejo borracho, interesados por aquello que defiende con tanto celo y apiadados de la indefensión de un hombre de cierta edad en un estado deplorable que apenas es capaz de hablar dos palabras en castellano.
A partir de ese momento, la amistad y la complicidad hacen nacer un nuevo proyecto, la "Al Berkowitz Band"  en la que los antiguos "The Inhabitants" adoptarían la figura del admirado bluesman como si fuese un gurú y consejero musical que se encargaría de orientar la carrera y la dirección musical de la banda.

La banda cuenta en su poder con dos grandes discos de estudio en los que, partiendo de las bases clásicas del pop y el rock, serpentean entre cierta amalgama ecléctica de influencias y sonidos que pueden ir desde el folk a la psicodelia setentera, con tintes blues, con ambientaciones jazz, con modernas y personalísimas regeneraciones del antiguo rock progresivo.
En su música encontrarás una interesante ezquizofrenia emocional, tendente a la melancolía, donde el caos busca liberarse constantemente y es apaciguado por hermosas melodías, en las que los ritmos, a veces muy africanos, intentan establecerse como equilibrio.

Barely Nice, editado en 2009, es el primer disco de la banda, al que seguiría su último trabajo discográfico hasta la fecha: "A long hereafter/Nothing Beyond", del pasado año 2012, grabado en los estudios de Paco Loco en el Puerto de Santa María (Cádiz). Entre medias editaron una grabación en directo llamada "Apprenticeship and attitude" (2009) además de su primer EP, "Man in the air" de 2006.

El videoclip en cuestión del que os hablaba es el de la canción "The frenchman and the rabbitman" perteneciente a su último disco, en el que la progresión, como debería ser siempre, significa profundizar en las experimentaciones y confirmar como propia esa característica de lo que conocemos como "el sonido de un grupo". Aún así, sospecho que todos estareis esperando las referencias y las comparaciones, así que para contentaros os diré que aquí, a pesar de que hay de todo y que la mezcla es compacta y puede despistar, podeis escuchar desde la referencia obvia (aunque muy diversa: Pink Floyd, King Crimson, Morphine, The Beach Boys...) hasta ramalazos rítmicos propios de Radiohead o Television, introspectivos viajes de la mano del folk de autor más nostálgico y onírico de Nick Drake, ó incluso hermosas melodías que desvelan cierto gusto por los Beatles o Supertramp, como en el caso de la hermosísima "Magical Cynical", cuarto corte del último disco, y que a mí, además, me hace relacionarlos con otros grupos actuales de al escena indie catalana como Bigott.

Actualmente, han perdido el "Band" de su nombre y se han quedado directamente en Al Berkowitz. Al parecer el mismísimo Tom Petty supo de ellos y les escribió con amenazas, ya que en su día el bueno de Aldous, teloneando a su banda, hizo algún tipo de estropicio y acabaron a hostias.
Y bueno poco más que decir además de que son una interesantísima banda aún por descubrir que os recomiendo, y que quizá, no dentro de mucho, vuelva por aquí para hablaros de una posible colaboración que tengo hablada con ellos sobre un videoclip para un tema de su último disco.

Así, quien sabe, matemos dos pájaros de un tiro.
De momento conformemonos con el famoso videoclip del que os hablaba antes, y algunos otros trabajos que he podido encontrar de ellos por la red.